Impacto empresarial post pandemia Covid-19

por | Jun 3, 2020 | Noticias | 0 Comentarios

Elaborado por: Daniella Paz, Anita Martin y Allison Asto
Equipo de Asesores del Área Corporativa

Sin duda alguna, el COVID-19 está dejando un camino de retos económicos y recuperación muy complejos para todos los países a nivel mundial, y el Perú no es ajeno a esta situación. En este escenario, el Gobierno peruano ha dispuesto medidas de apoyo económico a las Micro y Pequeñas Empresas (MYPES), Medianas y Grandes empresas, a través de préstamos, con el único fin perseguible en tiempo de pandemia: La reactivación económica del Perú.

Así pues, el Estado Peruano ha puesto a disposición 3 Programas de Apoyo Empresarial: El Fondo de Apoyo Empresarial a las MYPE (FAE – MYPE), el Fondo CRECER y Reactiva Perú. Cada uno de ellos con sus particulares requisitos de acceso y fondos millonarios, para garantizar el cumplimiento de las obligaciones de las empresas y así evitar la salida del mercado de las mismas y el quiebre de la cadena de pagos, lo que resultaría en una inminente caída libre de activos públicos y privados, paralizando el avance realizado en las últimas 2 décadas.

Mucho se ha hablado del efecto post cuarentena y su inevitable negatividad en los índices de crecimiento económico, pero ¿cuál es el impacto que tendrían las empresas que optan por acogerse a alguno de los programas? En este documento se comentarán los principales impactos empresariales ante el endeudamiento en mérito a la adopción de uno de los programas de reactivación económica.

FAE-MYPE

Pues bien, el primer programa lanzado por las autoridades fue el FAE-MYPE, con un fondo de S/ 800 000 000,00, cuyo propósito es el préstamo de dinero, a través de las Entidades Financieras y Cooperativas de Ahorro y Crédito, para las MYPES formales e informales que desarrollen actividades de producción, turismo, comercio y servicios conexos. El monto prestado debe ser utilizado exclusivamente para capital de trabajo; es decir, para el pago de planilla y empresas proveedoras con las que se tenga obligaciones contractuales. Claramente, resulta una de las alternativas más sencillas para el cumplimiento de las obligaciones de las MYPE; no obstante, ello, no se debe perder de vista el horizonte de pasivos que significa un préstamo, aún más, en una situación en que los mecanismos de reactivación por fases establecido por el ejecutivo se renuevan constantemente, convirtiéndolos en procesos lentos y tediosos para la reanudación de operaciones y generación de dinero. Así pues, pese al período de gracia de hasta 12 meses que ofrece el programa, las MYPES tendrán que trabajar arduamente, mucho más que en el periodo de pre cuarentena, para mejorar el producto y/o servicio que ofrecían, implementar los protocolos de salud y seguridad exigidos, diseñar estrategias de marketing llamativo -mucha veces, ingeniándose ellos mismos-, a fin de lograr convencer a los consumidores de seguir apostando por ellas, pese a la recesión que se augura y las carencias que tienen, principalmente, aquellas que no son formales.

REACTIVA PERÚ

Por otro lado, Reactiva Perú, cuenta con un fondo de S/ 30 000 000 000, y constituye el programa de garantías más grande de nuestra historia promovido por el Estado, el cual equivale al 4% del PBI. Tiene como objeto garantizar el financiamiento de la reposición de los fondos de capital de trabajo de empresas para enfrentar pagos y obligaciones de corto plazo con sus trabajadores y proveedores de bienes y servicios. Está dirigido a las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas (MIPYMES). Según el BCR, el 82% del monto total asignado corresponde a la mediana y gran empresa, siendo solo el 18% para MYPES. Un aspecto a considerar por el empresario es que, Reactiva Perú cuenta con tasas de interés promedio más bajas que el FAE-MYPE, equivalentes al 1.13%; esta situación se origina por la demanda existente en el mercado de colocar créditos a las medianas y grandes empresas, que resulta superior al de las MYPES; todo ello en razón que, las medianas y grandes empresas generan menores riesgos y costos de operatividad para el país. Asimismo, es notorio que, en las subastas realizadas por el BCR para definir la tasa de interés, de las 53 Entidades Financieras a nivel nacional, solo se han presentado 21, de las cuales en un menor porcentaje, son las dedicadas al rubro netamente de MYPES. De esta manera, parece ser que la garantía del 98% que se otorga para los préstamos a las MYPES no es un incentivo suficiente para las Entidades Financieras que ofertan a este sector; es decir, no sienten el suficiente respaldo para arriesgarse. Entonces, se podría decir que este programa se encuentra orientado, preferentemente, a la mediana y gran empresa para asegurar la continuidad de las unidades productoras, que permiten elevar el nivel de consumo, facilitando la reactivación de nuestra economía. Hasta la fecha, del total del monto, solo se ha asignado el 89%, pese a que la solicitud de beneficio vence el 30 de junio del 2020.

FONDO CRECER

Por su parte, el Fondo CRECER otorga financiamiento para capital de trabajo, activo fijo y garantías con el fin de impulsar el desarrollo productivo y empresarial de la micro, pequeña y mediana empresa, así como de las empresas exportadoras peruanas, ya que estas últimas representan una de las actividades más significativas para la economía nacional, en la medida que el producto peruano es exportado en un considerable número de países. En ese sentido, ante la repercusión negativa que la coyuntura actual está dejando en dichas empresas, la necesidad del financiamiento económico se ha convertido en primordial, con el único objetivo de evitar la paralización de sus operaciones y el incumplimiento de los pagos y sus consecuencias. Es por ello que, a través del Decreto de Urgencia N° 40-2020, se prescriben medidas extraordinarias para que las Empresas Factoring puedan acceder a los recursos del Fondo, lograr el financiamiento y promover la adquisición de facturas negociables y letras de cambio por las empresas beneficiadas. Por otro lado, cabe mencionar que, si bien las tasas de interés de este fondo son libres, a diferencia de los dos programas anteriores, este permite, mediante calificación previa, el acceso al bono del buen pagador; beneficio que, en función del plazo y monto del crédito que se obtenga, podrá reducir significativamente la tasa de interés, haciendo un balance de lo que podrá recuperar mediante este incentivo económico.

Como dato adicional, este fondo tiene la característica de no ser excluyente a otros financiamientos, ya que puede complementarse con el Programa Reactiva o bien con FAE – MYPE. Esto último debe ser analizado minuciosamente por los empresarios, ya que el control de pasivos será clave para el reflote económico.

No cabe duda que, los programas comentados buscan promover el desarrollo productivo y empresarial, así como evitar el estancamiento económico, mediante un costo de financiamiento reducido; sin embargo, las empresas están encontrando barreras para su funcionamiento efectivo, lo que conlleva a un camino con dificultad en el logro de ingresos entre aquello que producen y/o exportan. Todo ello se da, en mayor medida, porque los gastos de adaptación a los necesarios protocolos de seguridad para la reapertura y funcionamiento son una inversión costosa, que generan gastos adicionales, como los de asesoría jurídica especializada en el tema. Lo dicho, crea incertidumbre en el empresario, quien se encuentra en la necesidad de inyectar liquidez a su empresa para poder operar y sobrevivir a esta pandemia y, así, determinar su acogimiento o no al apoyo financiero.

Finalmente, la situación que atraviesa el Perú, claramente reta al Ejecutivo a facilitar la actividad de los sectores empresariales vulnerados, persiguiendo la meta de proteger la cadena de pagos y empleos; pero también, velar por mantener el trabajo, la oferta y la demanda, así como la mejora de la propuesta a los consumidores finales, quienes dan movimiento y dinamismo al mercado, sin dejar de tomar en cuenta que, también ellos se han visto perjudicados por la cuarentena y tienen que afrontar la situación actual desde su posición económica y nuevas condiciones de ingresos; con ello, todas las empresas, de cualquier programa que acoja, tiene un reto innovador y de mejora muy fuerte.

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